El tema del uso de los móviles y de las pantallas digitales de todo tipo: tablets, nintendos, ordenadores, etc., me preocupa desde hace tiempo.
El año pasado en una sesión de Coaching Educativo que tuve con 12 alumnos de 1º y 2º de ESO, hicimos un repaso sobre las causas que incidían directamente en sus resultados en el instituto. La idea era enumerar factores que podían afectar a su rendimiento académico. Pues bien, todos ellos sin excepción dijeron que el uso del móvil era la principal causa de desconcentración y pérdida de tiempo ante el estudio. No se sentían capaces de controlarse a la hora de mirar el móvil e interactuar con sus redes sociales.
Por otra parte, este mismo año al interesarme por las aficiones de juego de los niños de primaria (9-11 años), descubrí que para todos ellos era la octava maravilla jugar al Fortnite. Estuve informándome sobre el contenido del juego y me quedé sobrecogida por la potencia adictiva que desarrolla en los pequeños, por el tema que trata (matar a todos los oponentes) y la posibilidad de que contacten con desconocidos (se juega en red, hasta 100 participantes).
A principios de abril llegó a mis manos un artículo de El País, que era la primera entrega de una serie que explora la vida de niños y adolescentes en un mundo digital. Fue sorprendente lo que leí y confirmó mis sospechas de que el uso de tecnologías se nos está yendo de las manos y más en el mundo infantil y juvenil. En ese artículo explicaban como “los gurús digitales” no permitían que sus hijos tuviesen acceso a las pantallas de cualquier dispositivo hasta los 14 años.
«Si le pones una pantalla a un niño pequeño limitas sus habilidades motoras, su tendencia a expandirse, su capacidad de concentración.»
Bill Gates y Steve Jobs fueron dos de los que limitaron el uso de móvil y tablets a sus hijos, y otros ingenieros informáticos estiman que el uso de la tecnología digital está cerca de convertirse en uno de los graves focos de adicción del siglo XXI.
“En España, el 21% de los jóvenes entre 10 y 25 años sufre trastornos del comportamiento por culpa de la tecnología”, según una encuesta a 4000 jóvenes que está incluida en el nuevo Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad.
Todos los estudios y departamentos oficiales que se están creando en torno a este tema recomiendan que haya una supervisión estricta por parte de los padres ante el uso de las tecnologías, así como que seamos ejemplo a la hora de utilizar las mismas. Los niños “nos aprenden” y es muy difícil que ellos puedan controlarse si nosotros somos los primeros en estar continuamente “conectados” al móvil.
Además también hay múltiples aplicaciones que nos permiten controlar el tiempo y las páginas a las que acceden nuestros niños y adolescentes.
Y por último os invito a consultar en nuestro apartado de Recursos para padres tres interesantes guías publicadas por la Comunidad de Madrid en colaboración con la Fundación Aprende A Mirar. El contenido de estas guías trata sobre el abuso de las pantallas y su influencia en el desarrollo cerebral del menor, el ciberbullying y la adicción a los videojuegos. En ellas encontraréis un análisis sobre estos tres problemas y consejos sobre cómo abordarlos.
¡Os lo recomiendo!